BICICLETA: CULTURA Y COMPROMISO

En Barcelona hay bicicletas para todo el mundo. O mejor, a disposición de todo el mundo. El Ayuntamiento de la ciudad realizó las gestiones necesarias para poner en marcha un sistema alternativo de transporte que consiste en bicicletas públicas a disposición de los ciudadanos quienes pueden hacer uso de ellas comprando una tarjeta cargada con tiempo de uso.
Si la bicicleta se utiliza por menos de treinta minutos, no habrá cobro pero una vez excedido ese lapso se empezará a descontar dinero según cuánto se use el vehículo. (http://www.bicing.com/) La congestión de las ciudades, el alto precio del combustible y la preocupación por el medio ambiente han ayudado a generar iniciativas que estimulen el uso de medios de transporte alternativo. La bicicleta se ha convertido en uno de los favoritos.
En Copenhague y Pekín existe una red de bicicletas públicas que funciona en coordinación con otros sistemas de transporte público.
La Universidad Nacional de Colombia intetó algo similar con el programa Bicirrun. La Dirección de Bienestar Universitario financió 400 bicicletas cuyo diseño fue escogido mediante un concurso entre estudiantes de últimos semestres de Diseño Industrial. Cualquier persona que ingresara al campus podía tomar una bicicleta, utilizarla por todo el tiempo necesario y luego dejarla en los cicloparqueaderos o en una de las cinco porterías de la universidad. Muchas bicicletas se averiaron y actualmente el programa se encuentra suspendido. (http://www.bienestarbogota.unal.edu.co/bicirrun/).
En cuanto a infraestructura, ciudades como Amsterdam, Estocolmo, Rio de Janeiro y Bogotá llevan la delantera.