CULTURA GÓTICA: CONSUMO Y MELANCOLÍA

Tratan de pasar desapercibidos, pero sus peinados, sus rostros maquillados y su forma de vestir llaman la atención, especialmente cuando salen en grandes grupos de un pequeño centro comercial en Chapinero o de un bar en la calle 72 con 15.
La estética gótica que conocemos actualmente surge a finales de los años 80 como parte de una escena musical que resultó de la fusión entre el glam rock, el punk, la dark wave y la new romantic music. Existen discrepancias en torno a la utilización del término. Mientras algunas personas nos dijeron que alguien es gótico por la música que escucha, otros nos contaron que así se denomina a quienes tienen una perspectiva de la vida sustentada en la melancolía y que, por lo tanto, comparten una estética particular y unos gustos musicales específicos.
Encontramos dos grandes tendencias con respecto a los gustos musicales: El metal gótico y el electro goth. Los aficionados al primero comparten características de los metaleros, una subcultura más amplia y antigua que se diferencia por su vestimenta predominantemente negra y el pelo bastante largo en los hombres. Por su parte, los electro goth muestran una estética y una forma de pensar acorde con otras subculturas construidas alrededor de la música electrónica. Contrario a lo que ocurre con otras subculturas (ver EMO), los góticos no se han vuelto parte del mainstream y han construido unas redes que les permiten manifestarse sin ser “caspeados”. Con respecto a la apariencia, están influenciados por la época victoriana y por películas como “Edward Scissorhands” y “The Nightmare Before Christmas”.

La ropa, al igual que la música, se consigue en almacenes especializados: Arqker (Chapinero), Stigia (7ª con 22) y Umbral Gótico (Sanandresito Norte). Las mujeres utilizan desde corsés y mallas hasta blusas strapless y minifaldas, predominantemente negras. Los hombres también se visten con telas licradas y mallas. Se maquillan tratando de mostrar un aspecto pálido que contraste con los labios muy rojos o con colores ácidos en el pelo, el cual se cortan asimétricamente. Una muestra de ésta estética y de su significado es la exposición “Vampiros en la Sabana”, de la artista colombiana Maria Isabel Rueda, compuesta por una serie de fotografías de jóvenes góticos bogotanos en la Sabana de la ciudad.
Aparte de su aspecto, los góticos cuentan con espacios propios en los cuales manifestarse, como los bares Abnocto y Gato Bar, en los que frecuentemente se realizan fiestas y conciertos, al igual que se configuran como sitios para escuchar música y realizar tertulias.
Los góticos son una subcultura cada vez más importante y se perfila como un mercado que merece ser considerado ya que, al contrario de otras tribus urbanas, no sustentan sus puntos de vista en el rechazo al capitalismo o al status quo, simplemente promueven una actitud hacia este. En esa medida están abiertos a consumir distintos productos (ropa, música, películas, muñecos) con los que se sientan identificados.